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lunes, 9 de junio de 2025

El cuerpo como lenguaje

Expresiones corporales en el ámbito jurídico

En el ámbito jurídico solemos pensar en las palabras, los textos legales, los argumentos. Sin embargo, hay un lenguaje silencioso pero poderoso que también dice mucho: el lenguaje del cuerpo.

Las expresiones corporales —miradas, posturas, gestos, silencios— forman parte de nuestra forma de comunicarnos, incluso en contextos formales como una audiencia, una mediación o una entrevista legal. En el derecho, donde cada palabra tiene peso, también lo tiene cada gesto. No es lo mismo declarar encorvado y con la mirada baja que hacerlo con firmeza y contacto visual. La corporalidad, muchas veces ignorada, también es una forma de expresión jurídica.

¿Por qué importa el cuerpo en el ámbito jurídico?

Porque el derecho no se aplica en el vacío: se aplica sobre personas. Y las personas comunican más allá de las palabras. En audiencias de familia, laborales o penales, la manera en que alguien se presenta corporalmente puede ser interpretada como signo de credibilidad, de angustia o de violencia contenida. Por eso, es importante desarrollar una mirada empática y entrenada para leer también esos otros lenguajes.

Incluso los operadores jurídicos —abogados, jueces, funcionarios— transmiten desde su lenguaje corporal cierta predisposición, escucha activa o, por el contrario, desinterés. Esto también tiene consecuencias: en cómo se percibe el acceso a la justicia, la imparcialidad o el trato digno.

Cuerpo, subjetividad y derecho

La expresión corporal también se vincula con el reconocimiento de la identidad. En cuestiones de género, por ejemplo, el cuerpo ha sido históricamente un territorio de disputa jurídica: desde el derecho a decidir sobre él hasta el reconocimiento de identidades autopercibidas.

Aceptar que el cuerpo comunica, que tiene voz jurídica aunque no hable, es también ampliar nuestra concepción de justicia. Es salir del texto puro y ver al sujeto real, con su historia, sus marcas y sus silencios.

¿Qué podemos construir desde esta mirada?

Como profesionales del derecho, pero también como personas que acompañan procesos vitales, es clave mirar a quien tenemos enfrente como alguien que no solo dice, sino que también siente, actúa y transmite. Incorporar el cuerpo a la práctica profesional no es invadir la esfera privada, sino reconocer lo humano en lo jurídico.

Jurisprudencia en procesos de familia y audiencias de contacto

En estos casos, la observación de la conducta de los progenitores y de los niños durante las audiencias (por ejemplo, en cámara Gesell o entrevistas judiciales) es considerada clave.

"Del informe psicológico y la observación directa de la audiencia se desprende la incomodidad de la niña frente a la figura paterna, lo que coincide con lo manifestado en su declaración."

Expresiones corporales en el ámbito jurídico: el respaldo jurisprudencial

Aunque el lenguaje jurídico se construye principalmente con palabras, la jurisprudencia ha reconocido que el lenguaje corporal también forma parte del proceso de comunicación en el derecho. En diversas decisiones judiciales, tanto nacionales como internacionales, se ha puesto en valor la observación del comportamiento no verbal como herramienta de análisis de la prueba.

Un ejemplo es la CSJN en “Casal, Matías Eugenio y otro” (Fallos: 328:3399, 2005), que destaca que el juez del juicio oral puede apreciar elementos que no se reflejan en el expediente, como tono de voz, pausas, miradas o postura corporal:

“La inmediación permite al juez captar elementos del lenguaje gestual o no verbal que resultan esenciales para valorar la credibilidad de las declaraciones.”

De forma complementaria, la Corte IDH en “Fermín Ramírez vs. Guatemala” (2005) consideró que el comportamiento del imputado puede integrarse al análisis del caso, siempre que no afecte garantías como la presunción de inocencia.

También en el fuero penal argentino y en procesos de familia se valora la credibilidad de testigos, víctimas o progenitores en función de la coherencia del relato y de su actitud corporal en audiencia (firmeza, evasión de la mirada, nerviosismo).

Estos elementos demuestran que el cuerpo también “habla” en el proceso judicial y que su lenguaje —aunque sutil— es escuchado por los operadores del sistema. Reconocerlo enriquece la interpretación de la prueba y acerca el Derecho a una dimensión más humana.

El cuerpo no miente. El Derecho tiene la responsabilidad de escucharlo, aunque no hable.

Video educativo: lenguaje corporal y credibilidad

Si no se visualiza, abrilo aquí: Ver en YouTube

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